By Rocío Mena Gutiérrez
Photos: Rocío Mena Gutiérrez
I wrote an article about ancestral indigo on the Spring issue of the WARP Quarterly (Newsletter), and I promised to share with you more photos and information about the indigo extraction process in this blogpost.
For the ones who haven’t read the newsletter article, there is a plant which was native to Mexico, called indigofera suffruticosa, that I like to call ancestral indigo. Even though the Zapotecs knew about its existence and it could be found growing wild in Oaxaca and other regions of Mexico, the knowledge to use it was lost and no one was extracting indigo out of this plant anymore.
Mexican dyer Raúl Ponton was inspired to start a project to recover this ancestral indigo plant. For Raúl, it was very important to restart extracting indigo from our original native plant in Mexico because the indigofera suffruticosa plant had been harvested and extracted in other parts of Latin America, but not in Mexico. This project developed as a collaboration between Raúl Ponton, Sari Monroy, Eileen Markoff, Lorena Tixi, Magnolia Escobar, and me.
Extracting indigo requires a lot of work and patience. Indigo normally is planted between May/June and then is harvested and extracted in September.
This 2024 project took place in the mountains of Oaxaca, a beautiful place surrounded by kind people, trees, rivers, handmade tortillas and fresh mangoes.


We started the first day at dawn. By 5:30am we were already at the field and the indigo producers started harvesting the leaves. It was really wonderful to see the first rays of sunlight touching the indigo leaves.


Then the leaves are taken to these stone pools, where they are soaked in water all night.



The next day is breathtaking! the water already has this beautiful turquoise color. This is one of my favorite moments.


There are 3 pools connected by drainage holes. The next step is to open the first hole and let all the water go to the second pool. The dried leaves will stay in the first pool, they won’t use them anymore. (But still they are beautiful to watch)


The oxygenation process takes place in this second pool. They oxygenate water for more than 3 hours with these wooden paddles. After a while, a blue foam appears!

In India and other parts of the world, they use calcium lime to precipitate the pigment.
But in Mexico we have a different process, a more organic one. Instead of lime, we use a sticky fruit called gulabere (cordia dentata). Once the fruit is added to the liquid, they let it rest for a couple of hours!

When the pigment has precipitated, they open the last hole and let the pigment pass to the last stone pool. Then they collect the indigo liquid and strain it with a cotton cloth.
They let the indigo paste dry for a week or more, depending on the weather.


This is how the Oaxaca indigo balls look when we buy them from the indigo producers. I prefer to buy indigo balls rather than indigo powder because it is a way to make sure that it is 100% natural indigo pigment.

As you can see the indigo extraction process is fascinating! It is magical to see all these shades of blue and translucent colors.
Seeing the process that transforms a green plant into a blue pigment, observing the alchemy and transformation that takes place in every step. These are the moments that I enjoy the most!
If you want to learn more about this project and the indigo extraction process, I created and released a short documentary on my YouTube channel (Zikuri Alquimia). It is in Spanish , but you can turn on the English & French subtitles.

Rocío Mena is a Board member and has been a member of WARP since 2014. She is a Mexican Designer, Natural dyer and indigo passionate living in Mexico City. Instagram: @zikurialquimia / Youtube: Zikuri Alquimia
– SPANISH VERSION-
Añil ancestral (índigo)

Por Rocío Mena Gutiérrez
Fotos: Rocío Mena Gutiérrez
AÑIL- XIUHQUILITL- CH’OJ… estos son algunos de los nombres que recibe esta planta ancestral y pigmento azul.
Xiuhquilitl significa “hierba azul” en náhuatl (antigua lengua mexicana) y es un pigmento que ha sido parte de nuestras tradiciones en México desde antes de que llegaran los españoles en el siglo XVI.
Pero nuestra especie nativa de planta índigo fue reemplazada y casi olvidada, algo que no mucha gente sabe o de lo que no habla mucha gente. Cuando llegaron los españoles introdujeron la planta “indigofera tinctoria”, probablemente procedente de la India o África, y esta es la planta que la gente ha seguido cultivando y extrayendo hasta nuestros días.
Pero había otra planta que era originaria de esta zona, y que ya nadie cultivaba en México. Esta especie nativa de índigo se llama “indigofera suffruticosa”, a la que me gusta llamar índigo ancestral. Y aunque los zapotecas sabían de la existencia de esta planta, que aún se podía encontrar creciendo de forma silvestre en Oaxaca y *muchas otras regiones, el conocimiento sobre ella casi se había perdido y nadie cultivaba ni extraía índigo de esta planta.


Fue el tintorero mexicano Raúl Ponton quien tuvo la idea de iniciar un proyecto para recuperar esta planta ancestral del índigo en México. Para él era muy importante comenzar otra vez a extraer el índigo de nuestra planta original. Esta planta ya se *utilizaba y extraía* en otras en otras partes de América Latina, pero no en México.
Este proyecto fue una colaboración entre Raúl Ponton, Sari Monroy, Eileen Markoff, Lorena Tixi, una familia zapoteca en las montañas de Oaxaca y yo. Magnolia y su familia zapoteca en Oaxaca fueron productores de índigo desde los años 80, pero siempre habían cultivado la especie indigofera tinctoria.
Fue una idea desafiante comenzar a cultivar y extraer la especie Indigofera suffruticosa *después de tanto tiempo* , pero Magnolia y su familia estaban muy entusiasmados y les gustó la idea. Comenzaron a cultivar la planta en junio de 2024 y la planta estaba lista para ser extraída a finales de septiembre de 2024. El proceso fue un poco diferente, cada planta tiene sus particularidades, así que necesitaban entenderlas y hacer algunos cambios para tener un buen resultado. Al final se logró el objetivo y se obtuvieron los primeros kilos de nuestro azul ancestral.
Recuperar esta planta y este color es una manera simbólica de seguir recuperando nuestras raíces, esas raíces azules que quedaron perdidas en el tiempo.
El llamado “azul maya” que encontramos en las antiguas pirámides de Mexico (como Bonampak, Tajín, Cacaxtla,etc…) fue pintado con esta planta ancestral, así como los antiguos huipiles de nuestras abuelas.
Que mejor forma de honrar nuestra tierra, que recuperando lo que una vez fue nuestro y haciendo eco a nuestros antepasados.
Para extraer índigo (añil) se requiere de mucho trabajo y paciencia. El índigo normalmente se planta entre mayo/ junio y luego se cosecha y extrae en septiembre. Más adelante podrán ver más fotos e información sobre el proceso de extracción del índigo.
Como les dije antes, este proyecto 2024 se llevó a cabo en las montañas de Oaxaca, en un hermoso lugar rodeado de gente amable, árboles, ríos, tortillas hechas a mano y mangos frescos.


Empezamos el primer día al amanecer. A las 5:30 am ya estábamos en el campo y los productores de índigo (añil) comenzaron a cosechar las hojas. Fue realmente maravilloso ver los primeros rayos de sol tocando las hojas de índigo.


Luego las hojas son llevadas a estas pilas de piedra, donde se remojan en agua toda la noche.



Al día siguiente el agua ya tiene este hermoso color turquesa. ¡Es una escena que realmente te quita el aliento! Este es uno de mis momentos favoritos de todo el proceso.


Hay 3 pilas/piscinas conectadas por orificios de drenaje. El siguiente paso es abrir el primer orificio y dejar que toda el agua vaya a la segunda piscina.
Las hojas secas se quedan en la primera pila y no se usarán más. Pero aún así es una escena hermosa que vale la pena ver.


En esta segunda piscina se lleva a cabo el proceso de oxigenación. Se oxigena el agua durante más de 3 horas con estos remos de madera. ¡Después de un rato, aparece una espuma azul!

En la India y otras partes del mundo se utiliza cal para precipitar el pigmento.
Pero en México tenemos un proceso diferente, más orgánico, ya que en lugar de cal utilizamos una fruta pegajosa llamada gulabere (cordia dentata). Una vez agregada la fruta al líquido, ¡La dejan reposar un par de horas!

Cuando el pigmento ha precipitado, abren el último agujero y dejan pasar el pigmento a la última pila de piedra. Luego recolectan el líquido índigo y lo cuelan con una tela de algodón.
La pasta de índigo se deja secar durante una semana o más, dependiendo del clima.


Así lucen las bolas de añil (índigo) de Oaxaca cuando se las compramos a los productores de añil. Personalmente prefiero comprar bolas de índigo en lugar de polvo, ya que es una forma de asegurarme de que sea pigmento de índigo 100% natural.

Como puedes ver, ¡el proceso de extracción del índigo es fascinante! Es mágico ver todas estas tonalidades de azules y colores traslúcidos.
Ver el proceso que transforma una planta verde en un pigmento azul, observar la alquimia y transformación que se produce en cada paso. ¡Estos son los momentos que más disfruto!
Si quieres saber más sobre este proyecto, cree y lancé un documental sobre este proyecto en mi canal de YouTube (Zikuri Alquimia). Está en español con subtítulos en inglés & francés.

Rocío Mena es parte de la junta directiva de WARP y ha sido miembro de esta organización desde el 2014. Ella es una diseñadora y tintorera mexicana, apasionada del índigo y los tintes naturales. Instagram: @zikurialquimia / YouTube: Zikuri alquimia